Fertilidad después de los 35: por qué la edad no es el único factor en la calidad de los óvulos

Introducción

Cumplir 35 años ha sido durante mucho tiempo un punto de referencia en la fertilidad femenina —y con razón. Es alrededor de esta edad cuando los médicos suelen comenzar a hablar del “reloj biológico”, la disminución en la cantidad de óvulos y las dificultades para concebir de manera natural.

Pero la verdad es esta: la edad no es el único factor que afecta la calidad de los óvulos. Aunque sin duda juega un papel clave, no es el único determinante de tu potencial reproductivo. Una combinación de elecciones de estilo de vida, genética, equilibrio hormonal, exposición ambiental y salud general también influyen en la calidad de tus óvulos.

En este artículo, exploraremos la verdadera ciencia detrás de la fertilidad después de los 35, desmentiremos algunos mitos comunes y explicaremos cómo innovaciones como IVF MORE® están brindando nuevas oportunidades para mejorar la calidad de los óvulos y hacer que tener un bebé en casa sea más posible que nunca.

La relación entre la edad y la calidad de los óvulos

Cada mujer nace con una cantidad finita de óvulos, conocida como reserva ovárica, que disminuye de forma natural con el tiempo, tanto en cantidad como en calidad.

  • Al nacer: alrededor de 1 a 2 millones de óvulos.
  • En la pubertad: quedan entre 300,000 y 400,000.
  • A los 35 años: aproximadamente 25,000.
  • A los 40 años: menos de 10,000.

A medida que los óvulos envejecen, sus estructuras internas cambian. Las mitocondrias (que producen energía) se vuelven menos eficientes, los cromosomas pueden dividirse de manera irregular y el ADN acumula daño. Estos cambios aumentan la probabilidad de alteraciones cromosómicas que pueden afectar el desarrollo embrionario y reducir las posibilidades de implantación exitosa.
Sin embargo —y esto es clave— no todas las mujeres experimentan el mismo ritmo de deterioro.

La edad no es el único factor en la calidad de los óvulos

Aunque el reloj biológico es real, no es absoluto. Dos mujeres de la misma edad pueden tener calidades de óvulos completamente diferentes. Esto se debe a que otros factores —muchos de ellos modificables— también desempeñan un papel importante.

Veamos los principales:

1. Estilo de vida y nutrición

Tus hábitos diarios influyen directamente en el entorno en el que maduran tus óvulos. Hábitos poco saludables como fumar, consumir alcohol en exceso, una dieta alta en azúcares o el estrés crónico pueden acelerar el estrés oxidativo, dañando el ADN y las mitocondrias de los óvulos. En cambio, un estilo de vida rico en nutrientes puede ayudar a mantener su salud.

La ciencia muestra que:

  • Las dietas ricas en antioxidantes (vitaminas C, E y A, selenio y zinc) protegen a los óvulos del daño oxidativo.
  • Los ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado, las nueces y las semillas de chía, favorecen el equilibrio hormonal y mejoran el flujo sanguíneo hacia los ovarios.
  • Los suplementos de CoQ10 se han asociado con un mejor rendimiento mitocondrial en los óvulos, mejorando su potencial de desarrollo.

Consejos rápidos para mejorar la fertilidad después de los 35:

  • Consume frutas y verduras de colores variados todos los días.
  • Elige granos integrales y proteínas magras.
  • Mantente hidratada y limita la cafeína a 1–2 tazas al día.
  • Evita los alimentos procesados y los aditivos artificiales siempre que sea posible.

2. Equilibrio hormonal y salud metabólica

Las hormonas como el estrógeno, la progesterona, la LH y la FSH trabajan juntas para regular la ovulación y la maduración de los óvulos. Cuando se desequilibran, la calidad de los óvulos puede disminuir. Condiciones como el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), los trastornos tiroideos o la resistencia a la insulina pueden alterar la ovulación y afectar el entorno ovárico.

Qué puedes hacer:

  • Solicita a tu médico un panel hormonal completo, especialmente si tus ciclos son irregulares.
  • Mantén niveles estables de azúcar en sangre mediante comidas equilibradas.
  • Realiza ejercicio moderado de forma regular (como yoga, natación o caminatas).
  • Controla el estrés con técnicas de relajación o meditación: el cortisol puede interferir con las hormonas reproductivas.

3. Exposición ambiental y toxinas

Vivimos rodeados de sustancias químicas que pueden interferir con la fertilidad. Estas se conocen como disruptores endocrinos y pueden imitar o bloquear las hormonas naturales del cuerpo, afectando la calidad de los óvulos con el tiempo.

Fuentes comunes:

  • Plásticos con BPA y ftalatos (botellas, envases, empaques).
  • Pesticidas en productos no orgánicos.
  • Productos de limpieza o cosméticos con parabenos o fragancias sintéticas.

Cómo reducir la exposición:

  • Usa envases de vidrio o acero inoxidable en lugar de plástico.
  • Elige alimentos orgánicos cuando sea posible.
  • Revisa las etiquetas de tus productos de cuidado personal: busca “sin parabenos” y “sin fragancia”.

Proteger tus óvulos de las toxinas ambientales ayuda a reducir el daño oxidativo y a mantener un funcionamiento celular saludable.

4. Genética e historial familiar

Tu genética también influye en cómo envejecen tus ovarios. Algunas mujeres experimentan un deterioro más rápido debido a condiciones hereditarias como la insuficiencia ovárica prematura (IOP) u otros factores genéticos que afectan la producción hormonal o la maduración ovocitaria.

Si hay antecedentes familiares de menopausia temprana o dificultades para concebir, es recomendable realizar una evaluación de fertilidad desde los 30 años.

Factores genéticos que pueden influir en la salud ovárica:

  • Mutaciones en el ADN mitocondrial.
  • Antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes o endometriosis.
  • Predisposición hereditaria a una reserva ovárica reducida.

La genética reproductiva moderna puede identificar estos patrones a tiempo y permitir decisiones informadas sobre preservación de la fertilidad o vitrificación de óvulos.

5. Condiciones médicas e inflamación

Algunas enfermedades pueden acelerar la disminución de la calidad de los óvulos al generar inflamación en el sistema reproductivo.

Ejemplos comunes:

  • Endometriosis: afecta el tejido ovárico y puede alterar la maduración ovocitaria.
  • Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP): puede dañar las trompas y la función ovárica.
  • Trastornos autoinmunes: pueden hacer que el cuerpo ataque sus propias células ováricas.

La inflamación crónica puede comprometer el desarrollo ovocitario, pero tratamientos como dietas antiinflamatorias, terapias hormonales y técnicas regenerativas como IVF MORE® pueden ayudar a restaurar el equilibrio.

Cómo IVF MORE® apoya la calidad ovocitaria después de los 35

La ciencia reproductiva moderna ofrece nuevas esperanzas para mujeres en sus finales de los 30 y más allá. IVF MORE® (Magnetic Ovulatory Restoration) es una de las técnicas más avanzadas en fertilidad, diseñada especialmente para quienes enfrentan problemas de calidad ovocitaria relacionados con la edad o condiciones médicas.

Así funciona:

  • Terapia con campos magnéticos: estimula la actividad celular, mejora el metabolismo del óvulo y promueve una maduración más saludable.
  • Medicina regenerativa: integra técnicas basadas en células madre para rejuvenecer los óvulos y mejorar su producción energética.
  • Micromanipulación y embriología de precisión: nuestros expertos de laboratorio utilizan herramientas de última generación para optimizar la fertilización y el desarrollo embrionario temprano.
  • Tratamiento personalizado: cada plan se adapta a tus necesidades biológicas específicas, abordando desequilibrios hormonales, salud metabólica y regeneración celular, para aumentar tus probabilidades de éxito.

Aunque ningún tratamiento puede garantizar un embarazo al 100%, IVF MORE® aumenta significativamente la probabilidad de obtener embriones viables y alcanzar tu sueño de tener un bebé en casa.

¿Se puede mejorar la calidad de los óvulos después de los 35?

Aunque no podemos revertir el tiempo, sí existen formas de apoyar y mejorar la salud ovocitaria, incluso después de los 35.

Estrategias con respaldo científico:

  • Mantener un peso saludable (IMC entre 18.5 y 24.9).
  • Dormir entre 7 y 9 horas por noche.
  • Controlar el estrés mediante técnicas de relajación.
  • Tomar suplementos como CoQ10, vitamina D, ácido fólico y omega-3 (bajo supervisión médica).

La constancia es más importante que la perfección. Cada cambio positivo contribuye a mejores resultados reproductivos.

Mitos comunes sobre la fertilidad después de los 35

Mito 1: Después de los 35, es demasiado tarde para tener un bebé.
No es cierto. Aunque las probabilidades bajan, los tratamientos modernos como la FIV y las técnicas de restauración ovocitaria han ayudado a muchas mujeres después de los 35 —e incluso después de los 40— a tener un bebé en casa.

Mito 2: No se puede mejorar la calidad de los óvulos.
Falso. Los cambios en el estilo de vida y las intervenciones médicas avanzadas pueden favorecer la salud mitocondrial y mejorar el entorno donde se desarrollan los óvulos.

Mito 3: Solo importa la cantidad de óvulos.
Tener muchos óvulos no garantiza el éxito; la calidad —su capacidad de fecundarse y desarrollarse— es lo que realmente determina los resultados.

Cuándo buscar ayuda

Si llevas más de 6 meses intentando concebir después de los 35 años, es momento de consultar a un especialista en fertilidad.
Las pruebas tempranas pueden ofrecer información sobre tu reserva ovárica, salud ovocitaria y potencial reproductivo.

Tu especialista puede recomendarte:

  • Evaluaciones hormonales (AMH, FSH, estradiol).
  • Ultrasonido para conteo de folículos antrales.
  • Estudios genéticos o pruebas avanzadas.
  • Opciones como FIV, vitrificación de óvulos o IVF MORE® para mejores resultados.

Actuar a tiempo te permite explorar todas las posibilidades y tener mayor control sobre tus decisiones reproductivas.

Conclusión

Aunque la edad sigue siendo un factor importante en la fertilidad, está lejos de ser el único que importa. El estilo de vida, las hormonas, el entorno, la genética y la salud general influyen de manera significativa en la calidad de los óvulos.

La buena noticia es que muchos de estos factores pueden manejarse.
Con la información adecuada, orientación médica y acceso a tratamientos innovadores como IVF MORE®, las mujeres mayores de 35 años aún tienen poderosas herramientas para cuidar su fertilidad. Tu camino no tiene que estar definido por la edad; puede estar guiado por la ciencia, el cuidado y la esperanza.

¿Quieres saber cómo IVF MORE® puede ayudarte a mejorar la calidad de tus óvulos después de los 35? Contacta hoy a nuestro equipo y descubre cómo la ciencia puede acompañarte en tu meta de tener un bebé en casa.